Romance de Primo Tapia
Óscar de Pablo

 

 

Naranja es un nombre dulce para un poblado pequeño. Naranja el sol y la tela de las banderas al viento, cuando empieza a despintarlas un sol naranja y ajeno. Ayer bajé por Naranja, Tiríndaro y Terejero

y llegué hasta Chirimoyo por el rumbo de Coeneo. Bajé hasta la tierra negra como baja el aguacero, como bajó Primo Tapia de la Cruz al cementerio. Ayer vi una gota de agua posándose en mi sombrero

y brillar como un diamante para secarse al momento. Y hoy vi otra gota caer con otras gotas del cielo

y hacer carcajearse al campo, que ayer estaba tan serio. Carcajadas de naranja en los campos de Coeneo, que con picor del cilantro rejuvenecen los cerros. Ayer vi a diez en la celda donde cabe un solo preso, con el miedo en cada cual, y cada cual con su miedo. Pero hoy, compartiendo el rancho, los vi triunfar de su encierro, cantándose unos a otros tonadas de jornaleros. Ayer pasé por Zacapu y vi a una mujer tejiendo, en su telar de cintura, hilos azules y negros. Y vi a una mujer quebrarse como hilo frágil y tierno, en los surcos del tejido para cumplir con su adeudo. Y después vi a cien mujeres plantarle cara al invierno, tejiéndose unas a otras como el rebozo más recio. Ayer vi una pobre abeja en el hocico de un perro

y hoy vi al perro en un enjambre que se lo tragaba entero. Ayer bajé por Naranja, Tiríndaro y Terejero, donde se murió una abeja y reencarnó en regimiento. Sólo el solemne abejorro vuelve a su discurso eterno y halla en la oquedad del guaje sitio de hacerse pendejo.

 

Cuando el primer campesino se enfrentó a su encomendero, hizo desplegar las alas al zopilote del miedo. Y el miedo dejó el jacal y el campo de laboreo

y entró a la comisaría y a las trojes de los dueños. La voz de las bayonetas silenció al primer blasfemo, y ahogó su voz con la sangre de la fiesta del acero; pero si él habló por todos rodeado de su silencio, todos los que sobreviven hoy hablan por el primero: “Si los curas ya compraron latifundios en el cielo, díganle a José Cardel que me espere en el infiero. Y a Guadalupe Rodríguez, el alacrán durangueño, que habremos de tomar juntos las haciendas del subsuelo.” Ayer bajé por Naranja, Tiríndaro y Terejero

y a nadie vi en el camino de Chirimoyo a Coeneo. Pero hoy doscientas mujeres marchan formando un cortejo, cada cual con un fusil acurrucado en el pecho. Ya florece el cempasúchil en el panteón de Coeneo

convidando a su banquete generaciones de muertos. Ya tira la enredadera la tapia del cementerio, pero recuerda la tapia que vino Primo primero. Naranja es un nombre dulce para un poblado pequeño. Quien sepa de Primo Tapia captará a qué me refiero.

 

 

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Óscar de Pablo (Cuernavaca, 1979) es autor de poemarios como El baile de las condiciones (Conaculta, 2011) y De la materia en forma de sonido (Instituto Veracruzano de Cultura, 2014), así como de la novela El hábito de la noche (Ediciones B, 2011) y el relato histórico El capitán Sangrefría (Brigada para Leer en Libertad, 2015).

[Óscar de Pablo, born in Cuernavaca in 1979, is the author of numerous books of poetry, including El baile de las condiciones (Conaculta, 2011) and De la materia en forma de sonido (Instituto Veracruzano de Cultura, 2014). Other publications include a novel, El hábito de la noche (Ediciones B, 2011), and a work of nonfiction, El capitán Sangrefría (Brigada para Leer en Libertad, 2015).]